Ayer,
3 de diciembre, Sergio Lobera analizó, en rueda de prensa, el
partido que enfrentaba hoy al Tenerife y a Las Palmas en el Heliodoro
Rodríguez López. Ante los medios de comunicación el técnico de la
Unión Deportiva de Las Palmas afirmó: “El Tenerife hace un fútbol
que si yo plasmara aquí, probablemente la gente nos pitaría”.
Éstas
palabras no sentaron bien en Tenerife. No es que el conjunto
chicharrero sea la Brasil de 1970, pero tampoco los amarillos habían
practicado un fútbol excelso en las jornadas anteriores. Es cierto
que al Tenerife le costó arrancar la competición con buenos
resultados, pero también hay que resaltar que tras encadenar 7
jornadas consecutivas sin perder se puede confirmar que el entrenador
blanquiazul, Álvaro Cervera, ha dado con la clave.
La
UD llegaba al Heliodoro con la vitola de favorito, no sólo por su
posición en la tabla, en puestos de playoff de ascenso, mientras los
locales permanecían en la parte baja, sino también porque las
palabras de su técnico daban a los grancanarios esa condición.
El
Tenerife, llevado en volandas por su público, comenzó hilando
jugadas, sobre todo por la banda derecha, entre Suso y Moyano.
Además, el centro del campo local tocaba con fluidez y Aridane se
ofrecía constantemente, de espaldas a portería, para tocar al
primer toque, desahogando el juego chicharrero. Así, Lobera se iba
tragando poco a poco sus palabras.
En
esta tesitura alcanzamos el minuto 18 de partido. Tras un grave error
en el centro de la zaga amarilla, Suso Santana se planta sólo ante
Barbosa. En un ejercicio de inteligencia, Suso no decide definir,
sino provocar el penalti y la consecuente expulsión del portero
visitante. Con ello, Las Palmas se queda con 10 jugadores. La pena
máxima fue trasnformada por Ricardo León con facilidad, pues el
guardameta que ocupó el puesto de Barbosa, Raúl, no pudo solventar
la difícil papeleta a la que se enfrentaba.
Con
la comodidad de disponer de un hombre más en el césped, el Tenerife
jugaba con calma, tocando y tocando, sin balones largos, abriendo el
campo, desgastando a los futbolistas canariones . La UD gozó de
ocasiones gracias al balón parado, pero no las conseguían
materializar. Así se llegó al descanso, previa reyerta entre Raúl
Cámara y Ángel López, propia de un derbi.
La
segunda parte se inició con un cambio, Asdrúbal entró en el campo
por Momo. Quemaba sus armas Lobera buscando velocidad en la banda
izquierda, pero Asdrúbal no disfrutó del protagonismo que su
entrenador deseaba.
Lobera
se empeñó en mantener a Juan Carlos Valerón en el terreno de
juego. Nadie duda de su talento, pero su físico es muy discutible
por no decir escaso, y con un jugador menos ésto pasó factura al
centro del campo amarillo. Los mediocampistas tinerfeños dominaban
claramente la parcela ancha, triangulando fácilmente, haciendo
inútil la presión visitante.
Con
todo, el míster de los grancanarios no se cerró atrás y no dio el
partido por perdido, chapó, pues, como quien dice, “ hasta el rabo
todo es toro”. Sin embargo, no jugó bien sus cartas y corrió un
riesgo demasiado grande al volcar tantos efectivos en el ataque,
dejando grandes espacios en defensa. El Tenerife, gracias a la
velocidad de Ayoze, Suso y Cristo Martín, se acercó con peligro a
la meta de Raúl, aunque sin materializar el peligro en gol.
Entonces,
apareció el héroe de la noche, Ayoze Pérez, quien está llamado a
ser la nueva figura del fútbol canario. Dos goles fueron su firma en
el encuentro. Primero, anota con una gran definición ajustando el
balón al palo. Inalcanzable para el portero. Más tarde, Suso le
cede un balón para que marque a placer. Poco le queda en la isla, ya
que llueven las ofertas.
Suso,
capitán del Tenerife en el derbi canario, fue sustituido por Íñigo
Ros en el minuto 36 de la segunda mitad. El jugador tinerfeño se
llevó una gran ovación más que merecida. Aunque no sea el jugador
de más calidad del equipo, sí es el que más se entrega, lleva el
escudo grabado en el corazón.
En
los últimos minutos del partido, el Tenerife se dedicó a gustarse,
encadenando un pase tras otro, arrancando los olés de las gargantas
blanquiazules. Mientras tanto, Lobera se arrepentía en la banda, El
conjunto chicharrero no sólo le había anotado tres tantos, sino que
también le había dado una lección de fútbol.
Los
tres puntos dejan al Tenerife a media tabla, cerca de los playoff de
ascenso, con 23 puntos. Las Palmas, pese a la derrota, seguirá en
puestos de promoción con 26 puntos.