El fútbol español ha cambiado en muchos aspectos, estadios modernos, gasto de sumas impensables anteriormente, pero si en algo ha sido modificado el fútbol es en la estética de los jugadores. Ningún futbolista de los 80 y 90 hubiera pensado que iba a hacer el icono de una marca de ropa, pero hoy en día Beckham, C.Ronaldo y Piqué se suben a las pasarelas. Los jugadores van afeitados para mantener la estética, se peinan para los partidos, ¡que locos!, pensaría algún exfutbolista. Esta corriente de esteticismo ha conllevado a que perdamos un símbolo del fútbol español, el bigote.
Hace no mucho tiempo el bigote rondaba los campos españoles. Las últimas ocasiones en que lo pudimos ver sobre el césped fueron en la década de los 90, en el rostro de jugadores como Sánchez Jara, Tato Abadía, Miguel Bastón, Carmelo Navarro o Juan José (Sandokan).
El primero de ellos fue de los últimos que lució un bigote, vistiendo la camiseta del Barcelona, Osasuna, Betis, Racing de Santander o Sporting de Gijón. Sánchez Jara era lateral derecho, con un nivel altísimo, pero nunca llegó a ser seleccionado en la absoluta. Se retiró a los 39 años, en 2009, en el club de su pueblo natal, el Almecelles, de Lérida, siendo reconocido por los lugareños por su bigote, de ahí su sobrenombre, el bigotes.
Con Sánchez Jara compitió por ser el bigote más famoso de los últimos años de los 90 el Tato Abadía, recordado especialmente por la familia del Logroñés, donde ejerce hoy día de entrenador. Además paseo su bigote por el Vicente Calderón, por su Binéfar natal y por Compostela. En los corazones de los aficionados quedará la garra, el pundonor y el sacrificio que ponía en cada segundo del juego, aunque no destacaba por su calidad futbolística. Su bigote era símbolo de lucha.
Otro bigotudo, pero que se desempeñaba bajo los palos fue Miguel Bastón, mítico portero del Burgos, siendo el guardameta titular de los rojipardillos en los ascensos a Segunda y a Primera. Sin embargo, en la máxima categoría se vio eclipsado por Elduayen. Formado en la cantera del Atlético de Madrid, prosiguió en el Real Burgos hasta la desaparición del club en 1994. Cabe resaltar que es padre del delantero del conjunto colchonero Borja Bastón.
Desde finales de los 70 hasta comienzos de los 90, Carmelo Navarro mantuvo su bigote en el fútbol profesional. Comenzó en el Racing Portuense, luego pasó al Salamanca, para mudarse definitivamente a Andalucía, jugando para el Betis, el Recreativo de Huelva, y para el Cádiz desde 1987 hasta 1994, cuando su bigote ya no puede más y decide retirarse. Este defensa central siempre será recordado como el Beckenbauer de la Bahía.
Caso especial es el de Juan José Jiménez Collar, no era bigotudo, sino era pelo pegado a una cara. Conocido como Sandokán, defendió los colores del Jerez Industrial, el Cádiz y el Real Madrid, además de llegar a vestir la camisa de la selección española. Siempre ocupó el lateral derecho, hasta 1991, año de su retiro. Hoy nadie se atrevería a ir como él por un campo de fútbol.
Este ha sido un pequeño repaso a los 4 bigotes y el pelo más famosos del fútbol español de las últimas décadas. Todos ellos, gracias a su bello facial serán recordados especialmente entre tantos jugadores de su época. ¡Bigote, no te olvidaremos!
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