Muchos amantes del fútbol internacional sienten predilección hacia el Calcio. Ese fútbol italiano que apasiona y atrae a las masas, tanto nacionales como extranjeras, pues quizás estemos hablando del país con más intrahistorias en el ámbito del deporte rey. En el computo de todos los equipos italianos, hay uno que me llama la atención, al que me obligo a seguir todos los fines de semana, uno que ha pasado de la gloria al sufrimiento en un abrir y cerrar de ojos sin tener culpa alguna, el Parma. Repasemos su paso por el S.XXI.
Al norte de Italia, en la región de Emilia-Romagna, se encuentra la ciudad de Parma, de menos de 200.000 habitantes. En la década de los 90, el equipo de fútbol más representativo de la ciudad, el AC Parma, gozó de sus años más gloriosos, se asentó en los puestos más altos de la Serie A y logró 2 Copas de Italia, 1 Supercopa de Italia, 1 Recopa, 2 Copas de la UEFA y 1 Supercopa de Europa, en total, 7 títulos en 10 años. Con ello, llegaba la primera temporada disputada íntegramente en el S.XXI, la 2000/2001.
Comenzaba un siglo que prometía éxitos para el Parma si el club seguía su curso normal. Para la temporada 2000/2001, el Parma contaba con una plantilla extensa y en la que destacaba la presencia de Savo Milosevic, Fabio Cannavaro, o Johan Micoud. La temporada fue magistral, acabando 4º en liga y siendo subcampeones de Copa. Sin embargo, durante esta campaña, 3 entrenadores ocuparon el banquillo del Ennio Tardini: Malesani, Sacchi, y Ulivieri. Una de las figuras de la campaña fue el portero Gianluigi Buffon y otra, el central Lilian Thuram, ambos jóvenes fueron contratados por la Juventus de Turín al acabar la temporada.
En el verano de 2001 se contrató a varios jugadores de renombre, como Nakata o Hakan Sükür. Hay que realzar el fichaje de un portero de 21 años procedente del Inter, para sustituir a Buffon, un tal Sebastien Frey. Ellos se unirían a los que ya estaban, Marco Di Vaio, Matías Almeyda, etc. Los ducali comenzaban con Ulivieri como técnico, pero fue sustituido por Passarella, que a su vez fue reemplazado por Pietro Carmignani antes de enero por no sumar ni un solo punto en 5 jornadas. Carmignani recondujo la situación pero sólo pudo llevar al equipo hasta el 10º lugar en la Serie A, la peor posición hacía muchos años. No obstante, las vitrinas del Parma sumaron su 3º Copa de Italia de toda la historia y se ganaba el derecho a seguir compitiendo en competición europea.
Debido al 10º puesto en liga, jugadores importantes como Cannavaro, Di Vaio, Milosevic o Appiah deciden salir del equipo. Para contrarrestar la fuga, se contrata a un central del Brescia, Daniele Bonera, se confía en Marchionni, y se ficha a un tridente mágico en ataque, una joven promesa nacional, Gilardino, un rumano camino de convertirse en el nuevo Hagi, Adrián Mutu, y un corpulento brasileño, muy joven, que destaca por su potencia, Adriano Leite. Todos ellos estarían dirigidos por Cesare Prandelli. Aunque no se logró sumar la supercopa italiana al palmarés se recuperó una plaza europea en le Serie A, quedando en 5º lugar.
En el mercado estival de 2003, Adrián Mutu, tras una gran temporada en el Parma, con 22 goles en 35 partidos, es traspasado por casi 9 millones de euros al Chelsea, recién adquirido por el magnate Roman Abramovich. Gracias a este ingreso, los crociati incorporan a Domenico Morfeo, Mark Bresciano, Manuele Blasi, Marco Amelia, Marcello Castellini, y demás. Prandelli disfrutaba de una plantilla de buen nivel y sin carencias. La temporada transcurría con normalidad, pero un asunto extradeportivo salpica al AC Parma directamente. A finales de 2003 el patrocinador más importante del club, la empresa de lácteos Parmalat, entra en quiebra y las arcas del conjunto parmesano se ven diezmadas, sin poder hacer frente a los fichajes del nivel que la historia del club merece y careciendo de fondos para pagar algunos contratos. Por ello, en el mes de enero se traspasa a Adriano al Inter de Milán y a Nakata al Bolonia. No obstante, se logró mantener la 5º posición del año anterior.
Este hecho extradeportivo cambio el rumbo de la historia del Parma, que en 2004 tuvo que ser renombrado como Parma FC.
La 2004/2005 sería la primera temporada sin el respaldo de Parmalat. Prandelli, que estaba haciendo un gran trabajo, tuvo que dejar su puesto a un entrenador con menos exigencias económicas, pero menos experiencia y menos éxitos, Sílvio Baldini, quien fue sustituido por Camignani tras 15 jornadas, pues el Parma estaba clasificado en una insólita antepenúltima plaza. El vestuario queda plagado de italianos y no se hacen fichajes contrastados, aunque se logra mantener a Gilardino para ser la referencia. El equipo parmesano tuvo que jugar la promoción con el Bolonia para mantenerse en la máxima categoría, lo que consiguió gracias a un global de 2-1. Donde si lograron hacer un buen papel fue en la UEFA, llegando a semifinales.
La temporada siguiente, 2005/2006, sería algo anormal para los seguidores del Parma, pues no verían a su equipo participar en competición europea, algo que no ocurría desde 1991. Por ello, las jóvenes estrellas Frey y Gilardino, emigran en busca de títulos. Los fichajes más destacados son los del experimentado central Fernando Couto, que había sido ya jugador del club en los 90, y el delantero italiano Bernardo Corradi, que llega cedido procedente del Valencia. Mario Beretta comandó a este equipo hasta la 10º posición de la tabla, pero tras el escándalo ``Moggigate´´ en la Serie A, el Parma acabaría oficialmente en 7º lugar, clasificando de nuevo para competición europea.
La ilusión volvía a las caras de los parmesanos para la 2006/2007. No obstante, se vieron aupados muy pronto de la Copa de la UEFA. Esto pudo ser debido a que la plantilla estaba escasa de talento y nivel para mantenerse en la competición. Pero sí se puede destacar la apuesta del entrenador del Parma FC durante esa temporada, Claudio Ranieri, que pidió al Manchester United la cesión del delantero italiano Guiseppe Rossi, acogiéndolo finalmente durante todo el año. Otra vez se quedaría fuera de los puestos europeos el Parma, ya que sólo fueron 12º.
Esa clasificación final la hubieran firmado los tifosi para la temporada 2007/2008, la más dramática del club en el S.XXI. Andrea Manzo sería el primer técnico que dirigió a una plantilla a la que volvió cedido Corradi tras un año en el Manchester City, a la que se había incorporado el veterano atacante, C. Lucarelli y el joven mediocentro McDonald Mariga. Tras los malos resultados de Manzo, se decide que Héctor Cúper sea el nuevo dueño del banquillo del Tardini, pero a falta de la última jornada, en la que el Parma se enfrentaba al Inter de Milán, Cúper es destituido. Ambos equipos necesitaban ganar, el Inter para ganar el Scudetto, y el Parma para no descender. Los directivos parmesanos confiarían el milagro a Domenico Di Carlo. Sin embargo, el Inter fue campeón y los ducali se marcharon a la Serie B.
La temporada en la B empezó extraña pues el 30 de septiembre, el entrenador, Luigi Cagni ya era sustituido por Francesco Guidolin. Este último consiguió que el infierno no se prolongara y ascendió al Parma a la Serie A un año después.
De nuevo en la primera división italiana, los directivos italianos siguieron confiando en Guidolin, quien guió al equipo hasta la 8º posición, a las puertas de Europa. También es cierto que para esa campaña se contrató al goleador histórico del club, Hernán Crespo, a un experimentado defensa, Christian Panucci, y un portero de garantías, Antonio Mirante. Además, pasaron a reforzar las filas de los de Guidolin, jóvenes jugadores como Bojinov, Dzemaili o Biabiany.
La temporada pasada, con Palladino, Giovinco y Amauri (el último cedido por la Juve en enero), el Parma finalizó en 12º lugar, aunque no exento de sufrimiento, primero con Pasquale Marino como técnico, quien sería destituido para incorporar a Franco Colomba, que enderezó el rumbo del equipo.
Debido al haber logrado la permanencia, se ha confiado en Franco Colomba para la campaña que está a punto de comenzar. No obstante, no podrá contar con el motor del equipo, Dzemaili, vendido al Napoli, pero sí con los nuevos fichajes, Manuele Blasi, Fabio Borini, Biabiany o Fabiano Santacroce y la gran estrella y esperanza parmesana, el hábil Giovinco. El objetivo para el nuevo año está claro, seguir manteniendo la categoría, aunque siempre con ilusión de volver a ser un grande europeo.
Como último apunte, durante estos primeros 10 años de siglo, el Parma ha cambiado hasta 5 veces de color y modelo de su camiseta titular. Hasta la 2004/2005 el modelo fue de rayas horizontales con los colores de la ciudad, el azul y amarillo. No obstante, desde la temporada 2005/2006 hasta hoy, la camisa muestra una cruz en todo el frontal. Primero fue de fondo blanco y cruz azul fuerte. Luego, fondo amarillo y cruz azul. Al año siguiente se optó por los mismos colores pero invertidos. Y, finalmente, desde la 2009/2010 hasta la actualidad el fondo es blanco y la cruz negra, que parece que se mantendrá definitivamente.
Este es mi pequeño homenaje al Parma FC, un club atípico que siempre será un grande del fútbol. Suerte.