Uno de los Gulliver del fútbol europeo ha decidido colgar las botas a sus 38 años debido a un mal cardiaco y otros problemas de salud, estamos hablando de Jan Koller.
El delantero checo mide 2,2 metros de altura y su mayor éxito personal es el de ser el máximo goleador de la historia de la selección de la República Checa , con 55 goles en 91 partidos. Dino vistió por primera vez la camiseta de su país en febrero de 1999 y su retiro de la selección fue tras la Eurocopa de 2008, llegando a ser semifinalista en la Eurocopa de 2004.
En el apartado de clubes, comenzó a jugar en 1994, con 21 años, en uno de los clubes más importantes de R.Checa, el Sparta de Praga, logrando dos ligas en sus dos temporadas completas.
Luego, en 1996 decide probar suerte en Bélgica, con el modesto Lokeren con el que jugó hasta 1999, cuando llamó la atención del Anderlecht, que lo incorpora a sus filas. Con el club bruselense dio un salto de calidad a su carrera y siguió sumando títulos en su palmarés, ya que hasta su marcha en julio de 2001 logró dos ligas, 1 copa y una supercopa.
Debido a sus cualidades y alto rendimiento, ya era hora de disputar una liga de mayor nivel y fue el Borussia de Dortmund el que decide acogerlo pagando más de 10 millones de euros. En su primera temporada en la Bundesliga logra levantar el título de liga, pero no volvería a aumentar las vitrinas de los de Westfalia. No obstante, su etapa de plenitud la logra en este equipo, haciéndose un cartel en el fútbol mundial, demostrando su poderío físico, su potente disparo y certero remate.
En el verano de 2006, tras no renovar su contrato con el Borussia, se va a Francia, con el Mónaco, un club al alza y que confiaba en los goles del gigantón para ser los mejores de Europa. Sin embargo, Koller no destacó en el principado y en Enero de 2008 se marcha con más pena que gloria al Nürenberg, donde lo recibieron como una estrella con el objetivo, finalmente no cumplido, de salvar la categoría.
La carrera de Dino se encontraba en decadencia y no solo lo demostraban las cifras goleadoras y los títulos, sino también sus actuaciones en el terreno de juego, pues ya no se levantaba con tanta facilidad sobre los defensas, no medía el tempo del salto como antes y perdió potencia a montones. Con ello, tras 6 meses en Nuremberg prueba suerte en el fútbol ruso.
En verano de 2008 ficha por el Krylia Sovetov, que buscaba promocionarse por el mundo gracias a la figura de Koller. Esto quizá haya sido un éxito pero la presencia del checo en el campo no fue fructífera, hasta el punto en que los directivos del club de desprenden de él en diciembre de 2009.
Sin equipo, el obelisco busca un acomodo donde finalizar su carrera profesional. Ese lugar fue Cannes, donde podría disfruta en lo personal y en lo profesional, pues el Championnat National francés (2ºB) no le exigía un alto rendimiento. Su vuelta al fútbol galo duró una temporada y media, pues el ariete checo ha anunciado recientemente su retirada.
Sin duda, Jan Koller será un futbolista recordado por todos, debido a su estilo de juego, y, sobre todo, a su figura corpulenta, su altura, y su cabeza ahuevada y calva con la que perforaba la portería.
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