Optimismo blanquiazul, pero lo justo

`` Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad´´ Winston Churchill.

El CD Tenerife está en boca de todos. Su número de abonados, casi 10.000, y de asistentes al Heliodoro Rodríguez López cada partido, incluso más de 10.000, están asombrando al resto de clubes de España, pues, recordemos, el Tenerife ha descendido en 2 años de la máxima categoría a 2ºB. Por ello, la parroquia chicharrera está siendo declarada como de las mejores del país. Además, a esto se suma el gran despliegue comunicativo que se hace en cada encuentro de los blanquiazules. Todo ello, incluso supera a varios equipos de 2º División. Ante la calamidad, el tinerfeñismo ha tomado la vía del optimismo.

En Tenerife, a pesar del desagrado que se ha creado hacia el presidente de la entidad, Miguel Concepción, la ilusión está por las nubes. El inicio del club isleño, aunque se ha puesto en entredicho la calidad de su juego, está destacando en lo que a números se refiere. En el grupo más competitivo, el I, el Tenerife es el 2º clasificado con 16 puntos de 21 posibles, sólo superado por el Lugo (19). A ello se suma que los canarios son el equipo menos goleado del grupo. Si juntamos a ello una posible victoria contra el Castilla este fin de semana la ilusión blanquiazul se alzará más si cabe.

Sin embargo, todo esto está empezando y, aunque parece que el Tete se ha adaptado bien a la división de bronce no se debe ilusionarse en exceso, ya que, a pesar que la del Tenerife es de las mejores plantillas de 2ºB, la temporada anterior nos pone los pies en el suelo.

No sólo el nombre del CD Tenerife ha sido destacado en los medios como ejemplo de su fiel afición, sino también como ejemplo de mala gestión deportiva. El mal inicio en la 2º División del Cartagena hace recordar al Tenerife de la temporada anterior que, en las primeras jornadas no era capaz de lograr la victoria y destituyó a Arconada. El camino de los blanquiazules fue directo a 2ºB y el de los cartageneros parece ser el mismo.

Pero volviendo a la situación particular del Tenerife, más vale que la situación de optimismo no se les suba a la cabeza. Volvamos al verano de 2010. El CD Tenerife, con Santiago Llorente como director deportivo, confeccionaba una de las plantillas más fuertes de la categoría, junto al Betis, con futbolistas como Julio Álvarez, Natalio o Melli, que se unían a los Nino, Ricardo o Marc Bertrán. Así, el optimismo en la isla iba cada vez a más a medida que se acercaba el inicio de la liga. Incluso, al salir el calendario y conocer que el derbi canario se disputaría en Gran Canaria en la última jornada, Miguel Concepción afirmó que la UD Las Palmas le iba a hacer el pasillo al Tenerife. Al final, la soberbia de Concepción (conocido entre los aficionados como ``decepción´´) no le costó su puesto, pero si la humillación de la afición gran canaria. Por último, se demostró que la precipitación tampoco es una buena medida. En Enero se contrata a un nuevo director deportivo (Juanjo Lorenzo), se logran dos cesiones (Kitoko y Dubarbier) y, en toda la temporada (42 encuentros) el equipo estuvo dirigido por, hasta 4 entrenadores (Arconada, Mandía, Tapia y Amaral). Sin embargo, la situación no revirtió, pudiendo ser más efectiva la estabilidad. Esta precipitación produjo que este verano hubieran muchos problemas con, sobre todo, el despido de David Amaral.

No obstante, los resultados acompañan al Tenerife, Calderón tiene una plantilla amplia y competitiva y está sacando algunos talentos de la cantera y confiando en Rubén Rosquete, muy esperado en la isla. Por ello, el optimismo aumenta.

Lo único que, quizás, pueda ensuciar la imagen del Tenerife es la resolución del ERE, por el que se ha visto afectado, entre otros, Antonio Hidalgo, quien declaró sentirse engañado por la entidad.

La afición del Tenerife está siendo ejemplar y sabe que el equipo necesita su apoyo pero, sin duda, debe mantener los pies en el suelo y sostener los momentos de júbilo como los que se vivían al principio de la temporada pasada. Esto es muy largo y se decide al final en un par de partidos.

Con todo: ¡Vamos Tenerife!