Historia de la táctica

miércoles, 23 de octubre de 2013

Rosicky cumple ante su pasado

Ayer, 22 de octubre, se disputó uno de los partidos más llamativos y trascendentales de la tercera jornada de la Champions League, el que enfrentó al Arsenal con el Borussia Dortmund en Londres.

El partido del Emirates Stadium tenía 22 protagonistas, los elegidos por los entrenadores para saltar al terreno de juego y decidir qué equipo se quedaba con los tres puntos. No obstante, uno de ellos había esperado con especial emoción el encuentro, ya que se enfrentaban el equipo que le vio crecer (Borussia Dortmund), y el equipo que le vio madurar (Arsenal). Ya han sido suficientes las pistas para desvelar el nombre del futbolista, como no, Tomas Rosicky. El checo tiene en su mente tantos recuerdos del conjunto alemán como del inglés, ya que han sido los dos clubes en los que ha desarrollado su carrera.

Rosicky comienza su carrera profesional con 18 años en el Sparta de Praga. Su buen papel en la selección de República Checa (junto a Poborsky o Nedved participa en la Euro 2000), con tan solo 20 años, y los informes favorables que llegan desde la capital checa provocan que los grandes clubes europeos se interesen por él.

El joven futbolista tiene claro que quiere fichar por un equipoganador, pero que le ofrezca contar con minutos. Estas condiciones las cumplía el Borussia Dortmund, conjunto que había sumado numerosos éxitos en la segunda mitad de los 90, como la victoria en la Champions de 1997. Rosicky llega al club de Westfalia a en enero de 2001 para ser el buque insignia del proyecto.

En el verano de ese mismo año el Borussia ficha al compatriota de Rosicky, el delantero Jan Koller. La temporada fue un éxito y ganan la Bundesliga 2001-2002. Este título devolvió la ilusión a los de Dortmund, pero la situación económica de la entidad iba a cambiar, y consecuentemente la deportiva. Las siguientes campañas, el BVB iba a rubricar un papel más que discreto en la Bundesliga, quedándose lejos de los puestos europeos. En estos momentos Rosicky, afectado además por la marcha en junio de 2004 del entrenador Matthias Sammer, cree que juega para un club que no satisface sus pretensiones deportivas y comienza a pensar en una salida.

Rosicky abandonó el Borussia en mayo de 2006, con 25 años. El “pequeño Mozart”, como se le conocía, estaba llamado a ser uno de los grandes futbolistas de comienzos del Siglo XXI, por lo que la decadencia del club de la Cuenca del Ruhr le hizo cambiar de aires con el fin de aumentar su palmarés. Media Europa negociaba su fichaje, pero finalmente fue el Arsenal quien se hizo con sus servicios.

Los londinenses había sido finalistas de la Champions, la famosa final de París contra el FC Barcelona en 2006, y en 2004 y 2005 habían logrado alzarse con varios títulos domésticos (Premier League, como invicto, FA Cup y Community Shield). Además, Robert Pirés había hecho las maletas para jugar en el Villarreal, por lo que Wenger necesitaba un sustituto. El elegido fue Rosicky, un deseo del entrenador francés de hacía años. Por fin pudo ficharlo, eso sí, pagando cerca de 12 millones de euros.

Sin embargo, la mala suerte persiguió al checo. El Arsenal, desde su llegada, no ha logrado ni un solo título, entrando en una época, como la que atravesaba el Dortmund, de decadencia. Hay que añadir que, a pesar de su buena primera temporada, las lesiones comenzaron a maltratar a Rosicky, por lo que no jugaba con frecuencia.

Desde entonces Rosicky ha ido perdiendo protagonismo progresivamente en el panorama internacional del fútbol, aunque todavía su nombre es reconocido por la gran mayoría de los aficionados.

Nunca llegó a cumplir las expectativas que despertó al iniciar su carrera ni cuando fue contratado por el Arsenal, pero ayer, a sus 33 años, Wenger le necesitaba, y jugó un buen partido contra “su Dortmund”.

Wenger, con la baja de Flamini, decidió colocar a Ramsey y Arteta en el mediocentro, y a Özil y Wilshere en las bandas. Podría haber jugado Cazorla en la posición en la que lo hizo Rosicky, la mediapunta, pero el técnico galo otorgó la confianza al checo, que, como siempre, tenía la labor de conectar el ataque del equipo, hacer fluir su fútbol ofensivo.

Así, Rosicky saltó al terreno de juego entre emociones dispares, pero con el escudo del Arsenal en el pecho. El partido comenzó con el Borussia apretando al Arsenal, que no se encontraba cómodo en el campo. El juego no fluía, y los futbolistas de ataque, entre ellos Rosicky, no se asociaban. Con este panorama llega el minuto 24 y con ello el gol que adelanta a los visitantes. Ramsey pierde la pelota en el borde de su propia área y Mkhitarhyan, con espacio, no perdona y dispara suave al palo derecho de la portería de Szcezny.

El gol sube el marcador y el partido cambia por completo. Los jugadores del Arsenal conectan más fácilmente, pues también se mueven más rápido y de manera más correcta. Rosicky entra en juego desde la mediapunta, revolviéndose y cambiando la orientación del juego, o tocando en corto con las bandas, o buscando asociarse con Giroud. Pero el Dortmund aguanta atrás y sale rápido con un gran número de jugadores al ataque, por lo que Rosicky debe ayudar a defender esprintando largas distancias, prácticamente el largo del campo, y a su edad, eso supone un gran desgaste. Este cansancio es el que en ocasiones le hace ser impreciso.

En el mejor momento de los londinenses, que habían metido al Borussia dentro de su propia área, llega un balón rechazado por la defensa a la frontal del área. Rosicky baja la pelota con el pecho orientándose el balón para chutar con su pierna izquierda. El checo dispara potente y colocado a la madera izquierda, pero se topa con un defensa visitante que desvía el tiro. Era el minuto 37 y había sido la mejor oportunidad del Arsenal en la primera parte, hasta que 3 minutos más tarde Giroud firma el gol del empate.

Comienza el segundo tiempo y ya en el minuto 50, Rosicky ve una tarjeta amarilla por una falta sobre Mhkitaryan. Llegó tarde y arrolló al armenio en el centro del campo. La cartulina fue merecida.

El partido transcurrió con un ritmo muy alto, pero Rosicky supo aguantarlo, en parte, por el dominio “gunner”, gracias al que no tenía que desgastarse tanto en defensa. El 7 del Arsenal (número que luce desde su llegada) continuó moviéndose, con sus típicos amagos, y conectando con sus compañeros. La entrada de Cazorla en el terreno de juego modificó la posición de Rosicky en el campo, retrasándola unos metros. El fútbol ofensivo del Arsenal fluía con facilidad, por la gran cantidad de futbolistas de talento que se encontraban sobre el césped, mientras Rosicky cumplía su función de distribuir.

A pesar de que el Arsenal mejoró en la segunda mitad, los visitantes aprovecharon su oportunidad, y Lewandowski, acostumbrado a marcar en las grandes citas, puso por delante a los alemanes gracias a un fallo defensivo.

Finalmente, en el minuto 88 nuestro protagonista, Rosicky, fue sustituido por Gnabry, pero demostró que le queda físico y calidad para rato. La valoración del encuentro la da la afición congregada en el Emirates. Tanto ingleses como alemanes ovacionaron el trabajo de “el pequeño Mozart”, y brindaron un bonito homenaje a uno de esos jugadores que son tan difíciles de encontrar, por su imaginación desmedida con un balón en los pies.

A pesar del buen encuentro de Rosicky y del dominio “gunner” en la mayor parte del encuentro, el Dortmund hizo su tarea, lo que mejor sabe hacer, aguantar y salir velozmente al ataque. Así, dos despistes condenaron a los locales. El resultado final fue de Arsenal 1-2 Borussia Dortmund.

El pasado de Rosicky venció a su presente, pero él cumplió ante ambos. Su contrato con el Arsenal finaliza en el verano de 2014: ¿tendrá un nuevo destino en un futuro próximo? Parece que Wenger cuenta con él.


Con todo, al final del choque Rosicky recibió el cariño de uno de sus excompañeros y amigos en Dortmund, el portero Weidenfeller. El abrazo entre los dos veteranos futbolistas fue, sin duda, la imagen más emotiva del partido.  


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