Quizás no sea el mejor futbolista, el que más destaque en el terreno de juego, puede que no se considere una estrella, incluso la opinión mayoritaria habla de un jugador sobrevalorado. A pesar de ello vale la pena recordar quién fue Zvonimir Boban y el contexto que le rodeó.
Boban es natural de Imotski, Croacia, y tuvo el privilegio de comenzar su carrera profesional debutando con el primer equipo del Dinamo de Zagreb en 1985, a los 17 años.
En el Mundial Juvenil de Chile 1987 ya deslumbró al mundo al proclamarse campeón con la antigua Yugoslavia. En dicho torneo marcó 3 goles, uno de ellos el único de su equipo en la final, y fue Balón de Plata. Entre los jugadores de aquella brillante selección juvenil estaban también Davor Suker, Mijatovic, o Prosinecki.
Pero no sólo por sus éxitos deportivos se conoce a Boban, incluso se podría decir que se le recuerda mejor por los hechos acontecidos el 13 de mayo de 1990, cuando contaba con 22 años. Aquel día se enfrentaban los dos equipos más fuertes de Yugoslavia en el Estadio Maksimir de Zagreb, el Dinamo de Zagreb de Boban y el Estrella Roja de Belgrado. Los conjuntos croata y serbio disputaban el partido en medio de una crispación política en el país yugoslavo que podía llevar a la independencia de varios territorios. Por ello, 3000 serbios se desplazaron a Zagreb, increpando a los aficionados croatas. Todo acabó con una batalla campal en la que Boban, al ver que un policía, que estaba dominada por serbios, pegaba violentamente a un hincha del Zagreb, agredió con una patada al policía. Algunos dicen que la patada de Boban inició la Guerra de los Balcanes, con lo que los 6 meses de suspensión no parecerían suficiente castigo. Este hecho marcó la carrera y la vida del ``zorro´´, que sigue siendo un héroe nacional, más tras lograr la independencia.
Volviendo a lo deportivo, en 1991 se refugió en Italia, fichando con el Bari, alejándose de los disturbios en Yugoslavia. Con los gallos tuvo que pasar el mal trago de un descenso a la Serie B, pero individualmente destacaba entre sus compañeros. Su talento y juventud evitaron que jugara en la 2º italiana y tras una única temporada en San Nicola, fue firmado por el Milan, uno de los clubes más fuertes de aquel momento.
Fabio Capello ya podía contar con ese mediocentro polivalente, ya que jugaba en toda la parcela ancha, que deseaba. Por su técnica, visión de juego, mucha clase, velocidad, versatilidad, conocimiento táctico, gol (sobre todo llegando desde segunda línea) y voluntad en la tarea defensiva se hizo con la confianza del técnico italiano. Además, formó parte de aquel conjunto ``invencible´´ con futbolistas de renombre como Van Basten, Gullit, o Savicevic. Se mantuvo en las filas del Milan hasta el verano de 2001. Las 9 temporadas que se enfundó el escudo milanés han sido de las más exitosas en los últimos tiempos para los rossoneri, que pudieron levantar 4 Scudettos (1993, 94, 96 y 99), dos Supercopa de Italia (1993, 94), una Copa de Europa (1994), y una Supercopa de Europa (1994). Hay que destacar que disputó 3 finales de Champions consecutivas, dos como titular.
Tras ser uno de los jugadores del Milan que ha sido entrenado por más técnicos (Capello, Tabárez, Zaccheroni, Cesare Maldini), con la llegada de Carlo Ancelotti al banquillo tuvo que abandonar Il Diavolo, siendo cedido al Celta de Vigo.
Con los gallegos sólo disputó 4 encuentros, pero el Celta puede decir que fue el último club de Boban, ya que se retiró en Octubre de 2002.
Hay que añadir que fue uno de esos tantos jugadores que ha vestido las camisetas de más de una selección.
En su caso, Yugoslavia con la que disputó 8 partidos y, Croacia, con la que debutó antes de su independencia. Con la zamarra de su país natal fue 3º en el Mundial de Francia 98, siendo su mejor clasificación. En total, con Croacia jugó en 51 ocasiones, marcando 12 goles, demostrando su amor a su nación por la que ``moriría´´ textualmente.
Tras su retirada se licenció en historia, ejerciendo en la actualidad como profesor. Además, es comentarista deportivo en Italia y Croacia y columnista en la Gazzetta Dello Sport.
La clase y la situación táctica definían a un jugador que, a pesar de que algunos piensan que está sobrevalorado, nos ha dejado muchos momentos de magia en el fútbol europeo.
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