Martín Presa, personaje que ha llegado a las oficinas de la Albufera con la boca llena, promesas vacías que nunca se ha planteado cumplir. Los aficionados rayistas se unen por una causa, que un club con tanta historia no desista en su intento de mantenerse entre los grandes. Que los responsables del club respeten a los jugadores, empleados y sus familias. Por ello, la afición, más que nunca, entona la Marsellesa, como los fines de semana en el estadio de Vallecas, gritando con fuerza aquello que dice: ¿Qué pretende esa horda de esclavos, de traidores, de reyes conjurados? ¡A las armas ciudadanos!
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