En la ciudad de Londres reside un francés licenciado en económicas por la Universidad de Estrasburgo. Podría parecer un ciudadano cualquiera de Londres. Uno de esos tantos maletines con un hombre pegado, que se dirigen hacia una oficina del Piccadilly. Sin embargo, este personaje se dedica a entrenar a un equipo de fútbol bastante peculiar, el Arsenal. Sí, es Arséne Wenger.
Nuestro hombre acumula una gran cantidad tanto de defensores como detractores. Si nos decidiéramos a realizar un listado con los argumentos a favor y en contra de sus 15 temporadas con ``los Gunners´´ la lista sería interminable, por esos en estas líneas intentaremos detallar lo que concierne más a temas económicos, así sabremos si en la facultad recibió buenos conocimientos que pudiera relacionar con el fútbol.
El papel de Wenger en el club es el del mánager general, es decir, tiene total libertad para realizar fichajes, eso sí dentro de los límites de los económicos que le marcan los directivos.
Arsénel, como se le conoce amablemente, impuso a su llegada una política de fichajes a base de incorporaciones de jugadores jóvenes promesa o completamente desconocidos, con la esperanza de que lleguen a ser referencia en el fútbol mundial, como ha pasado con Cesc, Henry o Ljunberg.
Estos tres últimos son sólo tres de decenas de jugadores que Wenger ha hecho debutar en la Premier y que se han revalorizado, pudiendo partir a otro equipo por una gran cantidad de dinero, habiendo llegado a bajo precio o coste cero. De esta manera, el Arsenal obtiene enormes beneficios en estos casos, como el de Overmars, por el cual los de Londres pagaron al Ajax 9 millones de euros y luego lo venderían por 39 millones de euros al Barcelona.
También es sonado el caso de Thierry Henry, que tras debutar en la Liga francesa con el AS Mónaco, con Wenger de entrenador, marchó a la Juventus por 17 millones de euros. Después de una mala temporada en Turín Wenger lo recuperó ya en el Arsenal por 15 millones de euros. Tras una carrera exitosa y con 29 años a sus espaldas ``Tití´´ fichó por el Barcelona por 24 millones de euros. Puntazo para Arsénel.
Por otro lado, Wenger es capaz de recuperar el nivel de jugadores que no habían cumplido con las expectativas en su club anterior. Dichos jugadores llegan por un precio considerablemente menor a lo que luego podrían llegar a cobrar los Gunners por él. Ejemplo válido es el de Jens Lehmann que en su última temporada en el Borussia de Dortmund tuvo tanto problemas disciplinarios como deportivos. Sin embargo, Wenger arriesga en ficharlo y lo hace un portero muy maduro, convirtiéndose en uno de los mejores del mundo.
Este verano podremos asistir nuevamente al desembolso que realiza el francés en busca de nuevas promesas, la mayor virtud que posee. El galo ha sido capaz de reunir en una misma plantilla, con una media de edad muy joven, a jóvenes talentos como Diaby, Denilson o Sagna. Futbolistas que antes de llegar a Londres estaban fuera de la órbita de muchos conocedores del mundo del fútbol.
Sin embargo, a Wenger se le culpa en gran medida de la sequia de títulos del Arsenal, quizás por su manera de construir el equipo. A pesar de ello ha conseguido ser el mánager del año en Inglaterra en 1998, 2002 y 2004 y el Mejor Entrenador de la 1º Década del Siglo XXI.
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